Cuando sonríes, cierras tus ojitos tristes.
Quiero que me digas qué fue lo que viste.
Y que la lengua dé forma a la expresión
cuyo sonido ya libre de temblor
a rodillas y corazones embiste.
Y que dibujes en mí tus amplios labios,
que asomen esos colmillos afilados.
Y que brillen más que tus ojitos tristes.
¿Qué más quiero? Quererte ya más no puedo.
Te di la mano de mi corazón ciego.
1 comentario:
Veo que te sirves de la intrusión de imágenes para favorecer la expresión, eres igual que yo entonces. Un saludo!
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